En Oaxaca, simpatizantes de Encinas quemaron la papelería electoral de varias casillas,
pero los Chuchos en su alquimia tenían actas con resultados de esas mesas de votación.
Por su historial, los perredistas podrían dudar de la encuestadora IMO, pero de Mitofsky no hay el menor indicio en su trayectoria para cuestionar su credibilidad.
Por Alejandro Lelo de Larrea
Después del cochinero de la elección del PRD entre Jesús Ortega y Amalia García, en 1999, el demóscopo César Morones, entonces del CEO (hoy IMO) se acercó a José Barberán (qepd), quien fuera el hombre de confianza de Andrés Manuel López Obrador para estudios de opinión pública, y le propuso, palabras más, palabras menos: “Mira, Pepe, ya quítense de problemas, no hagan otra elección y mejor les hago una encuesta y ustedes me dicen quién quieren que gane y ya”.
José Barberán, por supuesto, se negó a tal pretensión. La historia la contó a varios de sus colegas, en distintos foros, por lo que ya es del dominio del gremio de encuestadores, lo que sumó a la mala fama del entonces Centro de Estudios de Opinión (CEO, que fue en principio financiada por la UdeG), de quien se decía que era una encuestadora con tendencia priísta.
Después, el CEO se convertiría en el Instituto Mexicano de Opinión (IMO), igual bajo el mando de César Morones, que trabajó junto con Ana Cristina Covarrubias en el equipo de campaña presidencial de López Obrador, en 2006. A ambos los llevó Federico Arreola, que incluso en su libro “La Lucha de la gente contra el poder del dinero”, entrevista a Morones, quien se queja de todas las encuestadoras que no traían arriba a López Obrador, previo a los comicios de aquel año.
César Moreno, director de IMO
Acaso por la historia con Barberán y porque fue Alejandro Encinas quien propuso a IMO como una de las empresas encuestadoras para el conteo rápido de la elección para presidente del PRD la noche del 16 de marzo, es que los ‘Chuchos’, en voz del senador Graco Ramírez, representante de Jesús Ortega ante la Comisión Electoral del PRD, han amenazado con demandar a IMO, alegando que el dato de su estudio les provocó un daño moral. El resultado que informó esta empresa fue de 50.7 por ciento para Encinas, y 42.3 por ciento para Ortega.
Pero no sólo estos dos factores pudieron influir en la mayor molestia de los ‘Chuchos’ contra IMO, sino también la arrogancia de Morones, quien desde el lunes 17 se ha dedicado a decir que Jesús Ortega perdió la elección y debe reconocer a Encinas como ganador, a pesar de que ese no es el papel de un encuestador.
A diferencia de lo que ha ocurrido con el caso de IMO, los ‘Chuchos’ no han sido tan duros en sus señalamientos en contra de Consulta Mitofsky, de Roy Campos, en primer lugar porque esta empresa goza de gran prestigio no sólo entre los partidos políticos y gobierno, sino entre la población general, pues tiene un amplio historial de comportamiento recto, ético y plenamente apegado a la metodología. El resultado que informó Mitofsky la noche del domingo 16 fue de 49.4 por ciento para Encinas, y 44.6 para Ortega.
Pero los ‘Chuchos’ no pueden descalificar a Mitofsky políticamente, pues ellos son quienes propusieron a esta empresa para que hiciera el conteo rápido el 16 de marzo, y deberán entender que el conteo rápido no falló, sino que en los comicios hay un verdadero cochinero, que no es responsabilidad del encuestador ni detectarlo ni calificarlo.
Ello, porque el trabajo que se hace en un conteo rápido es muy concreto: la encuestadora hace una muestra representativa a nivel nacional, y el día de la elección, en cuanto se pega el acta en las casillas muestra, se envía el resultado de ésta a un centro de acopio de información.
El margen de error es mínimo, porque se trabaja sobre un resultado concreto. Sin embargo, la encuestadora no tiene porqué evaluar si los votos que se metieron a las casillas que está contabilizando en su muestra son fraudulentos o son legítimos. Esa labor le corresponde a la instancia que se encarga de la calificación electoral.
Una de las quejas de los ‘Chuchos’ contra la empresa de Mitofsky, es que no consideró algunas de las casillas de la muestra aleatoria. En Oaxaca, una entidad proclive a Jesús Ortega, es donde se dieron las peores irregularidades en los comicios, al grado que ambos bandos cometieron fraudes abiertamente en mismas casillas.
Por ejemplo, en Juchitán, los simpatizantes de Alejandro Encinas no permitieron que se instalaran cuatro casillas, y quemaron las boletas electorales en pleno centro de ese municipio. Eso fue un fraude. Pero los Chuchos no pudieron quedarse atrás, y de esas mismas cuatro casillas (que no se instalaron, en que nadie voto, que las boletas se quemaron), inventaron mismo número de actas de casilla, cuyo resultado fue un triunfo avasallador de Jesús Ortega.
Así, por su historial, los perredistas podrían dudar de IMO, una de las empresas que hizo el conteo rápido de su elección para presidente. Pero de Mitofsky no hay el menor indicio en su trayectoria para cuestionar su credibilidad.
miércoles, 26 de marzo de 2008
¿QUIÉN QUIERES QUE GANE LA ENCUESTA?
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